Peña del Chorro, Somosierra.
Apenas a un
kilómetro del pueblo de Somosierra encontraremos uno de los saltos de agua más espectaculares
de la Comunidad de Madrid, que también es el nacimiento del río Duratón.
Para llegar
al pie de la cascada nos situamos en la gasolinera de Somosierra, de donde sale
una vieja carretera en desuso por la que se puede circular sin dificultad. Unos
quinientos metros más allá, a la derecha, veremos el camino que nos llevará
hacia la Peña del Chorro, cortado por una cancela que deberemos salvar. La N
I está muy cerca, pero la civilización ruidosa en seguida encuentra refugio
en el último desván de la memoria.
Unos metros
después de dejar atrás la cancela ya se ve el espectacular salto de agua.
Distintas sendas permiten que nos acerquemos hasta el borde de la cascada,
aunque el agua está presente en todo el camino. Por aquí serpentean los arroyos
del Caño, de las Pedrizas y de la Peña del Chorro, un manantial apoteósico
en el que nace el Duratón.
Quien
disfrute con este tipo de exhibiciones de la Naturaleza puede aprovechar estos
días para hacer una segunda excursión hasta Valverde de los Arroyos, en la
provincia de Guadalajara. A una hora de agradable paseo desde este pueblo
de la ruta de la arquitectura negra se encuentra otro salto prodigioso: las
Chorreras de Despeñalagua. A veces, cuando el termómetro se desploma, la
cascada se congela, y a veces, cerca de la primavera, con el deshielo,
multiplica por «n» su caudal, que luego se dirige hasta el río Sorbe y, al
cabo, al embalse de El Atazar.
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